Treinta años después del fin del apartheid, Sudáfrica sigue siendo un inmenso laboratorio al aire libre de lo que África podría ser y de lo que, por desgracia, sigue

Treinta años después del fin del apartheid, Sudáfrica sigue siendo un inmenso laboratorio al aire libre de lo que África podría ser y de lo que, por desgracia, sigue siendo. Ciertas decisiones tomadas por Nelson Mandela en nombre de la esperanza de integración han creado efectos secundarios indeseables y ciertamente imprevisibles.

Un par de ejemplos: la Black Empowerment Act, que obliga a las grandes empresas a entregar acciones a pequeños operadores locales, en lugar de contribuir al bienestar de las comunidades tribales, ha creado una clase de abogados y fideicomisarios, la mayoría de ellos vinculados al crimen organizado, que han acaparado estas acciones. Un segundo ejemplo: para dar sentido a las tradiciones zulúes, la monarquía, sobre todo en los años del difunto rey Zwelithini, se convirtió en una especie de contrapeso del Estado sudafricano, cuyas leyes se negaba a aceptar, aunque disfrutara de los beneficios económicos que garantizaba.

Los efectos son desoladores: la corrupción y la violencia bárbara reprimen cualquier intento de emancipación de las tribus locales, la economía ha entrado en una recesión estructural y el único partido con propuesta política sigue siendo la Alianza Democrática, el partido de los blancos, votado por uno de cada cuatro ciudadanos, de los que al menos la mitad son negros. La delincuencia opera imperturbable, la violencia parece imparable. Como en muchos otros lugares, las zonas donde la policía estatal es incapaz de garantizar la seguridad son cada vez más extensas. Las grandes empresas multinacionales, que operan sin atenerse a normas de ningún tipo y son por ello objeto de odio por parte de los lugareños, deben ser defendidas como un fuerte en territorio enemigo.

Por eso, uno de los sectores que más crece es el de la seguridad: guardias armados que defienden un perímetro, no importa por qué medios. Pero ni siquiera esto basta ya: hoy se alquilan ejércitos enteros que, como capitanes de fortuna medievales, hacen la guerra en nombre y por cuenta de un cliente, y se distinguen por su eficacia y ferocidad. Si hasta finales del siglo XX se trataba de clientes privados, el nuevo siglo aporta una terrible novedad en este campo: ahora son Estados nación enteros los que libran guerras con mercenarios, con enormes costes económicos y sociales: los mercenarios no sólo se comportan como feroces asesinos en el campo de batalla, sino también en su trato privado con los ciudadanos por los que luchan.

Esto se debe a que la escuela para convertirse en mercenario es la propia guerra. Sus tropas son soldados que, al final de un conflicto, no saben qué más hacer. A veces ocurre que, en las tropas mercenarias, coexisten soldados que, hasta hace poco, habían luchado encarnizadamente unos contra otros. Como en el caso de Omega Risk Solutions, que reúne a negros y blancos que, en los años del apartheid, se habían asesinado mutuamente

 , en Australia, en Europa, en el Reino Unido y en Estados Unidos

Sandile Majali, el polémico hombre de Omega Risk Solutions

Omega Risk Solution nació en 2003 de la idea del ex coronel de las Fuerzas de Defensa Nacional Sudafricanas (SANDF) Alexander De Witt

 , y debe su desarrollo inicial a Sandile Majali, un controvertido empresario sudafricano propietario de Imvume Resources que, en los años posteriores a la guerra de Irak, se vio implicado en varias investigaciones sobre el contrabando de petróleo iraquí

 . Por suerte para él, la investigación, tras descubrir que Imvume actuaba como intermediario del petróleo de contrabando, también descubrió que el gran dinero lo cobraban otros grandes comerciantes, como Glencore y Trafigura, y al final fueron éstos los que pagaron una cuantiosa multa e hicieron desaparecer el escándalo

 . En cuanto a Imvume Resources, a la muerte de Majali dejó un riquísimo patrimonio, sobre cuya propiedad litigan ahora los tribunales sudafricanos

Majali, tras haber sido presentado a Alexander De Witt en 2004

 , decidió invertir en el grupo, creando varias filiales administradas por Omega Business Trust, que, en esos años, participó en varias empresas conjuntas, como la de Namibia y Mozambique con Quatro Holdings

 . Ambos mantuvieron una relación personal y profesional tormentosa, que se resolvió en los tribunales

 . Quatro, que empezó con servicios de limpieza en grandes oficinas administrativas y empresas privadas, pasó a dedicarse al contraespionaje económico y a los servicios de guardaespaldas

 . Quatro es una empresa en la que la mayoría de sus empleados y mandos intermedios son negros, se presenta como un nuevo actor en el mercado, y De Witt es el hombre adecuado para trasladar a los cuadros de la policía secreta y la policía penitenciaria del apartheid a la nueva Sudáfrica sin crear alboroto

Se elige a una figura carismática para liderar el nuevo grupo - también con un pasado engorroso: Faan Du Toit - antiguo oficial superior de la SANDF y ex jefe del servicio secreto durante el apartheid

 , que fue nombrado hombre de negocios del año en Pretoria en 1999

 . Majali se ve obligado a abandonar el escenario y actuar entre bastidores

 debido a las consecuencias de una nueva investigación sobre el petróleo iraquí

 . En octubre de 2010, Majali fue detenido por sus negocios con Kalahari Resources

 : junto con otras siete personas, estafó a los verdaderos propietarios de la empresa, sustituyéndolos en documentos públicos

 . Fue puesto en libertad bajo fianza pocos días después .

En noviembre de ese mismo año, se sospecha que Majali sobornó a funcionarios municipales de Tshwane para que adjudicaran a Omega Risk Solutions una licitación de 122 millones de rands para un sistema de vídeovigilancia

 . El 26 de diciembre, ni siquiera un mes después, Majali aparece muerto en un hotel de la capital

 : algunos plantean la posibilidad de un suicidio, pero su abogado lo considera "altamente improbable"

 . Las sospechosas circunstancias de su muerte llevaron a su familia, convencida de que Majali había sido amenazado, a designar a un patólogo independiente para que realizara una autopsia de su cuerpo

 . Hasta la fecha no hay noticias del resultado de la investigación de la autopsia, ni por parte de las autoridades ni por parte de la familia: su muerte sigue siendo un misterio.

Sede de Omega Risk Solution en Sudáfrica

En 2011 su nombre aparece en un nuevo escándalo de comercio de petróleo

 , un caso de corrupción en el que se acusa a la petrolera Imvume Holdings de haber recibido 18 millones de rands de la petrolera estatal PetroSA para una operación de contrabando destinada a hacer llegar a las arcas del CNA dinero para financiar la campaña electoral

 . Majali lo admite: en una carta escrita de su puño y letra, el 15 de noviembre de 2010, poco antes de su muerte, explica los detalles de su financiación del partido, añade que en total "pagó y facilitó personalmente más de 45 millones de rands al ANC entre 1999 y 2006" y reivindica esta actividad como su derecho

 . A su muerte, el 18 de enero de 2011, se cerró la investigación

El trabajo de los magistrados saca a la luz una fuerte amistad entre Majali y el ex presidente sudafricano Kgalema Motlanthe. Acompañados por altos cargos del ANC, ambos viajaban juntos a menudo a Bagdad para reforzar las relaciones políticas y comerciales entre Irak y Sudáfrica

 . Son estas relaciones personales las que, en la década de 1990, dan a Majali la oportunidad de fundar Imvume y empezar a ganar dinero con el comercio del petróleo iraquí

 . En sus viajes a Irak, Majali solía presentarse como "asesor del CNA y del presidente Mbeki", como en diciembre de 2000: por cada acuerdo con Imvume, Majali pagaba a varias personalidades políticas de Sudáfrica e Irak

 , como el primer ministro de Sadam Husein, Tareq Aziz

Las investigaciones lanzadas por la CIA, concluidas en 2005, identificaron a 4.500 empresas que suministraban sobornos a Sadam Husein a cambio de contratos comerciales: fue el comienzo del escándalo "Petróleo por alimentos", en violación del programa del mismo nombre activado por las Naciones Unidas en 1996, que permitía a Bagdad intercambiar su petróleo únicamente por productos agroalimentarios

 , Majali también paga una cuota fija al Consejo Empresarial de Transacciones Económicas de la ANC desde hace 10 largos años

 . Pero las fuertes acusaciones no empañan el aprecio que Majali siente por el gobierno sudafricano: en 2007, el Departamento de Asuntos Exteriores incluyó a Omega Risk en la lista de sus agencias favoritas y también de las mejor pagadas: casi un millón y medio de rands al año . 

Hizo bien: consciente de que las operaciones petrolíferas acabarían tarde o temprano

 , invirtió lo que ganó en el 55% de Omega Risk

 , haciéndose cargo de las operaciones de seguridad en Irak de Kellog Brown & Root Services, una empresa estadounidense que en 2022 se ve obligada a pagar una multa de 15 millones de dólares por cargos de fraude relacionados con sus actividades en suelo iraquí

 . Esta nueva empresa, a pesar de los problemas con la justicia, permite vislumbrar de inmediato nuevos grandes espacios de expansión, sobre todo porque implica a los sudafricanos blancos con un pasado inconfesable y les ofrece una vía para encontrar la coexistencia con el nuevo poder post-apartheid.

Cuando Majali murió, miles de personas asistieron a su funeral, incluida la dirección del CNA

 : una clara muestra de gratitud por cómo este hombre había contribuido

 , pagando incluso el alquiler de la lujosa villa de Kgalema Motlanthe

 . Sólo algunos militantes pacifistas plantean la cuestión del posible asesinato, que sigue sin resolverse, de un hombre que poseía, al mismo tiempo, a los torturadores del apartheid, la financiación encubierta del CNA, negocios internacionales con Oriente Próximo y una milicia privada para emplear en el país y en el extranjero

 . La familia - abrumada por las disputas legales sobre su legado

 - habla de un hombre perseguido, incómodo y demasiado independiente

 . Sus propias cartas dirigidas al CNA, hechas públicas tras su muerte, muestran a un Majali decepcionado con el Gobierno por las confiscaciones sufridas: se da cuenta de que su poder está menguando, se siente "dejado de lado", por el Estado, amenaza con revelar escándalos aún más graves que los que ya han salido a la luz

El esquema de empresas pertenecientes oficialmente al grupo Omega Risk hasta 2014

El grupo, incluso después de su muerte, sigue creciendo

 . Sólo algunos ejemplos más recientes: el 8 de marzo de 2021, se firmó un acuerdo de empresa conjunta entre Connuity Global Solutions (CGS) y Omega Risk Solutions Angola para proporcionar guardaespaldas a la Oficina de Seguridad Diplomática (DS) del Departamento de Estado de EE.UU. en Angola; el 15 de enero de 2022, comenzó a prestar servicios de seguridad a varias empresas petroleras en Cabinda y a la Embajada de la República de Serbia en Luanda

A veces, los mercenarios de Omega se meten en líos: en 2006, 16 empleados del grupo Omega Risk Solutions fueron detenidos en la República Democrática del Congo acusados de planear un golpe de Estado

 . Christoffel Roelofse, jefe de operaciones de Omega

 , miembro del círculo cercano de los fundadores, afirma tener en su plantilla a hombres sudafricanos y estadounidenses procedentes de Irak para ayudar a una empresa estadounidense que prestaba servicios de seguridad a Oscar Kashala, candidato congoleño, en esas mismas elecciones generales

 . No es la única misión allí: sus agentes forman al personal de transportes y también vigilan pozos petrolíferos, puertos, a otros altos funcionarios y bancos

 . Es normal, ya que garantizan la seguridad de tantos políticos e instituciones, que a alguien se le ocurra que esto es ir demasiado lejos.

Ubicaciones operativas de Omega Risk Solutions

El coronel Alexander De Witt es el socio inicial con el que Majali fundó Omega Risk Solutions y varias otras empresas locales: con Arkhê Risk Solutions, por ejemplo (implicada en escándalos de violación de derechos humanos

 . En su tiempo libre, combate a los buscadores de gemas artesanales gestionando el comercio ilegal de piedras preciosas

 . El holding está registrado en el paraíso fiscal de la isla de Niue por Majali, De Witt y varios testaferros del apartheid: Faan Du Toit, Christoffel Roelofse, Stephanus De Witt, Stephanus Du Toit, Jacubus De Kock y André Diedericks

Surge otra sospecha: que Majali trabajó para la policía secreta del antiguo régimen y que sus vínculos con los servicios secretos se originaron en aquella época, puesto que Majali ya había formado cooperativas de limpieza y seguridad, especialmente en el sector de la construcción, en los tiempos del apartheid

 . Cuando De Witt, tras la muerte de Majali, fue detenido por investigar el petróleo iraquí

 , sus abogados y su fianza fueron pagados por Omega Risk, que no tenía nada que ver con ese escándalo, en el que sí estaba implicada Imwume Resources. .

A Omega Risk no le importa la "corrección política". La empresa conjunta registrada en Lusaka, por ejemplo, está asociada con MKP Malaysia Korea Partners

 , un grupo que opera tanto en la industria como en las finanzas y el comercio

 . El presidente del consejo de administración de la empresa conjunta en Zambia es Han Hun-Il (alias Edward Han), un mercenario que sirvió en misiones norcoreanas en África

 . Las investigaciones judiciales indican que Omega Risk-MKP ha pagado en repetidas ocasiones fondos al gobierno de Corea del Norte

 , y ha financiado la producción de armas y actividades nucleares en Malasia, también vinculada al gobierno de Pyeongyang

Un dato curioso: el principal cliente de Omega Risk-MKP es el Cuartel General de las Fuerzas Militares de las Naciones Unidas en África Austral. Desde 1984, los Estados miembros de la ONU tienen prohibido celebrar contratos con Corea del Norte para "formación técnica, asesoramiento, servicios o asistencia relacionados con el suministro, la fabricación, el mantenimiento o el uso de armas y material conexo"

No es sorprendente que Omega Risk Solutions, a diferencia (por ejemplo) del Grupo Wagner, no aplique estrategias decididas por un gobierno nacional. Al contrario, aunque tiene el tamaño de un verdadero ejército, tiene como clientes a empresas individuales o, peor aún, a políticos individuales. Es más fácil verles organizando un golpe de Estado o llevando a cabo asesinatos por encargo que participando en la defensa de un acontecimiento público o de un edificio de interés público. En cuanto al hecho de que los cuadros dirigentes estén formados por viejas glorias del apartheid y del CNA, es una demostración más del teorema de George Orwell: cuando llega el momento de celebrar el éxito, ya no se distingue entre hombres y cerdos.

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 Sudáfrica: el furor del "golpe" en el Congo envuelve a una empresa sudafricana - 

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Omega Risk, la reconciliación mercenaria

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